La población mundial superará los 8.500 millones de habitantes en 2030. Así se extrae del reciente informe “Perspectivas de la Población Mundial” publicado por la ONU. La cifra podría alcanzar los 9.700 millones en 2050 e incluso los 10.400 millones de personas en el año 2080.
Como dato relevante, en treinta años la población de India podría superar a la China, siendo de 1.668 y 1.317 millones de personas, respectivamente.
Sin embargo, y a pesar de estos elevados niveles de crecimiento de la población mundial, el ritmo va a ser notablemente menor que en los últimos 70 años. De hecho, según el informe de la ONU, más de 60 naciones disminuirán en más de un 1% su población de aquí a 2050. ¿Las causas? Los bajos niveles de fecundidad y sus altas de migración.
Ritmo lento por la fecundidad
El futuro crecimiento de la población depende en gran medida de la tendencia que vayan siguiendo las tasas de fecundidad, como detallan desde la ONU. Según datos del estudio “World Population Prospects” se espera que el nivel mundial de fecundidad pase de 2,5 niños por mujer en 2019 a 2,2 en 2050.
África es el continente que cuenta con la tasa de crecimiento demográfico más alto. De hecho, se espera que el África subsahariana doble su población para 2050. En definitiva, se prevé un rápido aumento de la población, incluso si se reducen considerablemente los niveles de fecundidad en los próximos años.
En el lado contrario se sitúa Europa, con previsiones de reducción de su población de hasta el 10% en 26 países. Según la ONU, la tasa de fecundidad de todos los países europeos está actualmente muy por debajo de la necesaria “para garantizar el reemplazo de la población a largo plazo”. Y es que la media es de 2,1 niños por mujer. Este fenómeno, además, lleva sucediendo varias décadas.
Si atendemos a la región de América Latina y Caribe, el informe muestra que los países deben invertir en capital humano para el progreso económico de las naciones, así como en la educación de calidad, pero sin descuidar el acceso a la salud.