Los disruptores endocrinos o disruptores hormonales son sustancias químicas artificiales o naturales ajenas al organismo con capacidad para alterar el sistema hormonal de los animales, también de los humanos. Inicialmente se pensaba que tenían efectos estrogénicos y que actuaban sobre el sistema reproductor, pero actualmente se sabe que afectan a todos los tipos de hormonas, tanto sexuales (estrógenos, andrógenos y progestágenos) como tiroideas, hipotalámicas, hipofisarias, incluso sobre receptores de neurotransmisores como la serotonia, noradrenalina, dopamina y las células del sistema inmunitario.
Esta capacidad se basa en que estas sustancias imitan o alteran el efecto de las hormonas del cuerpo, lo que provoca que se envíen mensajes confusos al organismo y ocasionar diversas disfunciones.
Existe una larga lista de disruptores hormonales, los podemos encontrar en nuestro día a día: en productos de higiene personal y cosméticos, en productos de limpieza, insecticidas, ambientadores…, en la construcción y decoración, plásticos en forma de Bisfenol A o Ftalatos, etc. Esto hace que sea muy difícil evitarlos.
Los disruptores, a diferencia de otros tóxicos ambientales, tienen la particularidad que su efecto es sumamente variable en función de distintos factores como la etapa en la que actúan (es diferente la exposición en la etapa fetal, en el niño o en el adulto), también en función de la dosis, en el tiempo de exposición e incluyo la propia respuesta del organismo a dicha exposición. Toda esta variabilidad hace que sea muy difícil determinar una causa-efecto de forma lineal y sistemática.
Distintas investigaciones científicas sin embargo, han relacionado los disruptores endocrinos con una amplia gama de enfermedades o trastornos que incluyen en:
- Alteración en la salud reproductiva femenina y masculina.
- En Mujeres expuestas se relaciona con cáncer de mama, endometriosis, muerte embrionaria y fetal o malformaciones en la descendencia.
- En hombres expuestos se relaciona con cáncer de testículos, cáncer de próstata, reducción del recuento espermático, reducción de calidad del esperma, disminución del nivel de testosterona, modificaciones de concentraciones de hormonas tiroideas.
Existen periodos críticos en el desarrollo del organismo que son más sensibles al impacto de disruptores como son las mujeres embarazadas, mujeres que buscan quedarse embarazadas, en los primeros 2 años de vida del bebé y en la pubertad.
- Trastornos del metabolismo
- Problemas cardiovasculares
- Alteraciones y enfermedades neurológicas
Evitar al 100% la exposición es hoy en día imposible, por lo que el objetivo ha de ser intentar reducir al máximo nuestra exposición mediante algunos consejos.
- El principal y más efectivo es consumir productos de agricultura y ganadería ecológica para reducir la exposición a pesticidas. Además de cuidar nuestra salud, cuidaremos también el medio ambiente.
- Otra de las acciones es evitar:
- El consumo de alimentos enlatados.
- Evitar alimentos envasados con film de pvc
- Evitar artículos hechos con policarbonatos o cloruro de polivinilo, especialmente cuando están diseñados para almacenar alimentos o estén en contacto con niños pequeños.
- También otros materiales plásticos pueden liberar BPA o ftalatos, así que la forma la más segura de evitar los disruptores endocrinos es utilizar botellas y envases de vidrio.
- Utilizar chupetes “libres de bisfenol A”.