El trabajo de investigación ha sido publicado en “Current Biolegy” donde se explica cómo, por primera vez y gracias a las modernas técnicas de microscopía, se han observado defectos específicos en los óvulos estudiados de las ratonas con mayor edad.
Actualmente la edad en la que una mujer tiene su primer hijo es mucho más tardía que en épocas pasadas. Cuestiones profesionales, personales, sociales y/o económicas son la causa para que muchas mujeres decidan posponer su maternidad. Sin embargo, a partir de los 35 años existe un punto de inflexión en el que la fertilidad disminuye significativamente y por tanto, la probabilidad de lograr un embarazo disminuye bastante.
Las mujeres nacen con un numero fijo de óvulos, estos van liberándose mes a mes durante la vida reproductiva de la mujer. Sin embargo a medida que la mujer avanza en edad, sobre todo a partir de los 35, 36 años, los óvulos van perdiendo calidad y funcionalidad. Lo que provoca que no sean viables para logar un embarazo.
Lo que ha descubierto el equipo del Hospital Universitario de Montreal, es que la maquinaria celular se vuelve menos eficiente a medida que los óvulos envejecen. En concreto, según afirma Greg FitzHarris “los microtúbulos que orquestan la segregación cromosómica durante al división celular se comportan anormalmente en los óvulos más viejos. En lugar de organizarse para formar un huso acromático simétrico, los microtúbulos van en todas direcciones, lo que provoca errores” y añade “una de las principales causas de la infertilidad femenina es un defecto en los óvulos que les hace tener un número anormal de cromosomas. Estos llamados óvulos aneuploides son cada vez más prevalentes a medida que la mujer envejece. Esta es la razón clave por la que las mujeres más mayores tienen problemas para quedarse embarazadas”.
Por otro lado, estos errores en el intercambio de cromosomas que dan lugar a óvulos aneuploides (con número anormal de cromosomas), y por tanto defectuosos, aumentan el riesgo de abortos involuntarios o de tener un bebé con síndrome de Down (que es una trisomía del cromosoma 21).
Durante la investigación, el equipo científico observó que aproximadamente el 50% de los óvulos de ratonas mayores, presentaban defectos en la división celular provocada por la dinámica caótica de los microtúbulos que orquestan la separación de cromosomas.
Además, realizaron distintas micromanipulaciones entre los óvulos de ratones jóvenes y los óvulos de ratonas mayores. Extrajeron los núcleos de los óvulos de las ratonas jóvenes y los sustituyen por los núcleos de las ratonas más mayores para observar su comportamiento. Lo que ocurría es que volvían a producirse problemas en la división celular, es decir, que independientemente de la edad de los cromosomas que contenga el núcleo del óvulo, los errores en la alineación de los microtúbulos que dirigen la división cromosómica está relacionada con la edad del óvulo en sí, y por tanto con la edad de la mujer.
Según revela FizHarris, actualmente la vía que están explorando son posibles tratamientos para revertir este problema, intentando rejuvenecer los óvulos. Lo que podría dar lugar en unos años a nuevos tratamientos de fertilidad que pudieran ayudar a las mujeres de más edad a lograr un embarazo.
