El modo de vida que llevemos puede influir mucho en las posibilidades de lograr un embarazo. Incluso si se están siguiendo otros tratamientos de fertilidad, qué mejor manera de potenciar los resultados que con unos sencillos trucos de salud.
Alimentación y peso
El tipo de alimentación y sus alteraciones pueden modificar los ciclos anaovulatorios. Un estudio realizado por la Harvard School of Public Health determinó que ciertos alimentos mejoraban la fertilidad. Concluyó que los alimentos más recomendables eran aquellos que contenían grasas monoinsaturadas, Omega 3, proteínas vegetales y fibra. Por otro lado, desconsejaba el consumo de grasas trans, azúcares y proteínas animales.
La revista Human Reproduction publicó un informe que demostraba un descenso del 4% en las posibilidades de concepción de las mujeres cuyo Índice de Masa Corporal era superior a 30. Cuando se hallaba por encima de 35, las probabilidades se reducían un 43%. Hay que tener en cuenta que detrás de muchos casos de obesidad se encuentra el Síndrome de Ovario Poliquístico. Los quistes pueden afectar al ciclo menstrual. Además el SOP se relaciona con la resistencia a la insulina, por lo que también resulta adecuado acudir a profesionales para recibir consulta médica sobre la dieta. Por el contrario, un IMC demasiado bajo tampoco es adecuado, ya que el cuerpo de la futura madre gestante requiere la energía suficiente para el embarazo y el parto. Si no se llega al peso adecuado, podría haber alteraciones en los óvulos y el endometrio.
Ejercicio, estrés y terapias alternativas
El ejercicio físico, por supuesto, será una de las primeras recomendaciones médicas para mantener un peso saludable y preparar los músculos y el metabolismo para el embarazo, beneficiando la fertilidad de una forma natural.
El estrés puede alterar el ciclo ovulatorio y el buen funcionamiento hormonal. Estudios de la Universidad de Harvard demostraron un aumento drástico de la natalidad en las mujeres que siguieron terapias de reducción de estrés. Para regular la ansiedad se puede acudir a todo tipo de ayudas o terapias naturales, como la naturopatia, la acupuntura (que mejora la circulación sanguínea del útero y relaja el tejido muscular para la implantación del embrión) o ejercicios relajantes de estiramientos como el yoga.
El tabaco
El tabaco reduce la fertilidad en ambos sexos. Desnivela las hormonas, disminuye los estrógenos y perjudica la maduración de los folículos y la calidad de los óvulos, así como la implantación del posible óvulo fecundado. En los espermatozoides, fragmenta el ADN y el gameto, provocando fallos cromosómicos.
La fertilidad en ellos
Ellos pueden sufrir problemas en la calidad de su esperma, a menudo influidos por el estrés, el tabaco, el alcohol, el café, las drogas u otros hábitos insalubres. En casos donde la calidad del semen es baja, se recomienda hacer pausas largas entre las eyaculaciones. También hay estudios que demuestran que los antioxidantes o posturas sexuales que eleven la pelvis pueden mejorar la movilidad de los espermatozoides. Del mismo modo que en el caso de las mujeres, pasados unos meses, lo mejor es acudir a profesionales para analizar la causa del problema.