Hasta hace poco la importancia en los tratamientos de fertilidad se dirigían fundamentalmente hacia la mujer, sin embargo desde hace algunos años distintos estudios ponen en relevancia que la infertilidad masculina ha crecido en la última década de forma muy acusada, lo que repercute también en la complejidad de los tratamientos que deben realizarse.
Uno de los factores fundamentales de cualquier tratamiento es la edad de la mujer a la hora de buscar un embarazo. Algo que no se tenía demasiado en cuenta en el caso del hombre, sin embargo nuevos estudios revelan que el hombre también tienen un reloj biológico, y aunque no tienen tanta influencia como la edad de la mujer, su edad también afecta a la fertilidad y la posibilidad de gestación.
El número de hombres que deciden tener hijos a partir de los 45 años, ha crecido. Esto, unido al descenso acusado de la calidad del semen, hace que cada vez se den casos de infertilidad masculina.
Respecto a la calidad del semen, esta se mide básicamente haciendo un seminograma convencional que determinará el recuento, movilidad, morfología y vitalidad espermática. Además, existen otro tipo de pruebas que ayudan a valorar mejor la capacidad de fecundación de los espermatozoides, como por ejemplo el estudio de la fragmentación de ADN espermático o FISH de espermatozoides.
España parece seguir la tendencia de los países occidentales en cuanto a una disminución acusada de la concentración espermática, sin embargo existe una gran disparidad según zonas geográficas. Esto fue lo que reveló un estudio realizado en 2008 en más de 60 centros de reproducción asistida en todas las Comunidades Autónomas.
Mientras que en Galicia apenas un 8,5% de los jóvenes posee una concentración de espermatozoides inferir a los valores aceptados por la OMS, en otras comunidades estas cifras eran más elevadas como Andalucía 1,7%, Madrid 14,8%, País Vasco 18,7% y más superiores en Catalunya y Comunidad Valenciana con un 22,7%.
Aunque el descenso en la calidad del semen de los hombres no ha provocado un descenso significativo en las tasas de concepción natural, comienzan a saltar las alarmas en relación a cómo afectará a la fertilidad masculina si seguimos la tendencia actual de disminución de la calidad espermática junto con un retraso en la edad de la maternidad.
