Un estudio registra alteraciones ovulatorias sin interrupción en el ciclo menstrual durante la pandemia. La investigación, presentada en la reunión anual de la Sociedad Endocrina norteamericana (ENDO 2022), relaciona los trastornos de la vida y el estrés de la pandemia de la COVID-19 con una alteración de la ovulación.
Entre los trastornos, se ha identificado una disminución de la duración y de los niveles de progesterona.
Los expertos ofrecen argumentos, tras estos resultados, que las alteraciones ovulatorias silenciosas explican por qué mujeres que no toman formas hormonales de control de natalidad informaron sin embargo de sus períodos tempranos o inesperados tras la vacuna contra el COVID-19.
Una comparativa de dos estudios similares
Para hallar estas conclusiones, los expertos compararon dos estudios similares con 13 años de diferencia: en el primero de 2006 se estudiaron 301 mujeres, y en el segundo y más reciente se utilizó una muestra de 112 mujeres. En los dos se incluyeron mujeres de 19 a 35 años que no tomaban anticonceptivos hormonales.
En el segundo estudio, los análisis del Diario del Ciclo Menstrual mostraron un incremento notable de la ansiedad, la depresión, la frustración, problemas del sueño y estrés.
De ahí se deduce que las alteraciones de la pandemia también provocan alteraciones ovulatorias
silenciosas en aquellos ciclos menstruales que son mayoritariamente regulares. Esto supone un
experimento único en la naturaleza, como lo definen los propios investigadores.