La infertilidad masculina es frecuente en el 35% de los casos de aquellas parejas que no pueden concebir un hijo tras más de un año manteniendo relaciones sexuales sin protección.
Para determinar si realmente existe esa condición infertilidad, se realizan diversas pruebas, entre ellas las más habituales son:
Historial clínico
Es un primer paso para conocer el estilo de vida y los hábitos del paciente. Es importante conocer el consumo de alcohol y tabaco, drogas o medicamentos, así como si el paciente tiene algún tipo de antecedente médico.
Seminograma
Esta prueba se realiza para evaluar la calidad del semen. Se toma una muestra de semen del paciente bajo una serie de recomendaciones para no contaminar la muestra: eyaculación completa, no haber practicado sexo en los dos días anteriores, no haber aplicado cremas o ungüentos o no haber tenido ninguna enfermedad en los días previos.
El seminograma se puede completar con una biopsia testicular en caso de que los resultados no fueran concluyentes.
Estudio genético de los espermatozoides
Se trata de una prueba diagnóstica para determinar la posible presencia de anomalías genéticas y cromosómicas.
Se realiza mediante la técnica FISH (Hibridación Fluorescente In Situ) que combina la citogenética y el estudio molecular para detectar posibles secuencias específicas de ADN en los espermatozoides.
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