Para una persona renunciar a que su bebé no va a llevar su componente genético puede generarle dolor, tristeza, miedo y sufrimiento.
Sentirse así es algo normal, no te debes asustar, tienes que entender que ser padre no solo consiste en dejar tu huella genética, lo más importante es el amor que le vas a transmitir a tu bebé, la educación y los valores que le vas a dejar.
El duelo genético, significa renunciar a tus propios genes, esto suele producir sentimientos muy intensos de miedo y tristeza, pero lo genético no debe reducirse de manera exclusiva al ADN, existen otros factores externos como los hábitos de vida o la interacción de madre e hijo durante todo el embarazo.
Si sientes tristeza te damos unos consejos para lidiar con estos sentimientos encontrados:
- Es muy importante acudir a ayuda psicológica y de confianza para que ayude a lidiar con las emociones.
- Mantén hábitos de vida saludable.
- Habla con tu bebé, acaricia tu vientre, mantén el contacto físico.
- Comparte lo que sientes con amigos o familiares
- Piensa que cuando llegue el parto nacerá un vinculo entre ambos muy importante, ya verás como habrá un “flechazo o enamoramiento a primera vista”.
- Tienes que pensar que ser mamá y papá se crea poco a poco y con el paso del tiempo y es totalmente independiente de la genética.